La bailarina venezolana Andrea Rojas invitó a sus colegas a dirigirse al Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI) para hacer la solicitud de registro de sus obras e incentivar la cultura de protección de Propiedad Intelectual en el país.
En este contexto, el SAPI por instrucciones de la ministra del Poder Popular de Comercio Nacional, Dheliz Álvarez, y en cumplimiento de la agenda del Buen Gobierno, fortaleció su Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA), para continuar promoviendo la protección de la Propiedad Intelectual.
Entre las actividades impulsadas por la DNDA se encuentran el “SAPI suena en la calle”, jornadas de consultas técnicas desplegadas en distintas expoferias nacionales, así como la activación de las oficinas regionales para fomentar la protección en áreas de Marcas, Patentes, Derecho de Autor e Indicaciones Geográficas Protegidas.
Rojas, quien visitó recientemente las instalaciones de esta institución, realizó una especialización en Propiedad Intelectual en la Universidad Monte Ávila: “Quise unir, desde la Propiedad Intelectual, mis dos pasiones: la danza y el derecho. Mi trabajo especial de grado versó sobre el Derecho de Autor en las obras de danza escénica, cuya investigación en el SAPI, sobre las solicitudes de registro, arrojó que el índice es muy bajo”.
La bailarina y abogada, de 24 años, incursionó en el mundo de la danza a los seis años, iniciándose en el género flamenco.
Posteriormente, al cumplir sus 17 años se enamoró de la danza aérea (acrobacia en tela o gimnasia aérea), disciplina de la cual hoy es instructora en el Centro de Armonía Corporal de Valencia, estado Carabobo, donde ya tiene cuatro años enseñando cómo combinar la danza contemporánea con las artes circenses.