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Jóvenes innovadores venezolanos protegen su Propiedad Intelectual

Los jóvenes venezolanos Raúl Ojeda, inventor del antiviral Carvativir, y Víctor Hernández, creador del “Arpa Láser”, han hecho historia en el país y fuera de sus fronteras con sus innovaciones en las áreas de la salud y la música.

Raúl Ojeda Rondón, quien además es ingeniero químico, aseguró que “la investigación científica es sinónimo de soberanía, y un pueblo que desarrolla su ciencia es un pueblo libre”.

Esta aseveración la hizo durante el conversatorio sobre la Propiedad Intelectual y la Juventud denominado «Innovar para un mundo mejor», conducido por los directores de Indicaciones Geográficas, Zulay Poggi, y de Relaciones Internacionales del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI), Orlando Salazar.

La actividad, pautada por instrucciones de la ministra del Poder Popular de Comercio Nacional, Dheliz Álvarez, y el director general del organismo, Ricardo Javier Sánchez, como parte de la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual.

Ojeda, enfatizó que una de las maneras de garantizar la innovación y la autenticidad es yendo al SAPI a registrar y asegurar que “eres pionero en ese invento”. Expresó que el SAPI ha garantizado un excelente apoyo orientando a los inventores para solicitar la protección de su Marca, Patente, o Derecho de Autor.

Por su parte, Victor Hernández detalló que fue creando hitos en el tiempo con el compromiso de elaborar algo propio. “Mi primer invento fue relacionado con la música, un fonógrafo con un tres en uno viejo, que ya no funcionaba. Luego un ‘Arpa Láser’, esperé a tener conocimiento, estudiar electrónica y computación, y fue así como llegamos a Bruselas a la 51° edición del Festival Eureka, donde gané un premio Medalla de Oro”.

Por ese mismo invento, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) le otorgó en 2002, el premio de Mejor Invención de un país en vías de desarrollo.

Hernández recordó la importancia de patentar y registrar su creación, haciendo énfasis, en que “la invención no es un mundo fácil, pero es posible gracias a la seguridad jurídica que se está bridando el SAPI”.